El frío del verano

Hay que ver lo que me gusta a mí ver una peli de invierno en pleno mes de agosto. Ese placer oculto. Esa maravillosa sensación de asfixiarte de calor y querer pasear por esas calles nevadas, tomarte esa taza de café hirviendo...

Me encanta. Y lo raro es que al revés no me pasa nunca. En invierno no veo pelis de verano y sin embargo, prefiero el calor.

Intuyo que no soy la única que veía Doctor en Alaska en el calor de las noches de los 90. Esa sensación... Desear ponerte un abrigo de Penfield con unas Adirondack de Ugg cuando ese mismo día has sudado la gota gorda.

Ver pelis de invierno en verano es guay. Y ver Doctor en Alaska en agosto, más. Ver a Aidan cuando no era Aidan sino Chris Stevens, aquel gran macizo de la rádio de Cicely, el exconvicto filósofo y sensible que toda mujer ha querido probar, meterle un bocao aunque sea una vez... En fins...

Es guay, guay... Es guay ver las de Wong Kar Way, también, muy guay. Ver por enésima vez In The Mood For Love, que me maravilla siempre, en invierno y en verano. Con ese Tony Leung, dios santo!!!!! Se puede ser más cool que Tony Leung en esa peli?????? Nooooooo... Y lo bien que lleva una camisa, el cabrón, y esa mirada con sus matices derretidores.


In The Mood For Love... la volví a ver el otro día. Forma parte del grupo de películas que siempre quiero volver a ver. Ahí es verano, cierto, pero qué verano!!!!! qué verano más distinto al nuestro, con esas penumbras. Nuestro verano es blanco, celeste... In The Mood For Love es rojo y verde, tan intensos como la oscuridad de un bosque rumano.



Y esos vestidos. Maggie Cheung está tan divina, tan mágica, tan FEMENINA. Ves esa película y crees que tú también puedes. Quieres llevar vestidos de agirafados cuellos mao, estampadísimos hasta la maravilla. Salones de tacón medio, uñas limadas a lo redondo y pintadas en plateado nacarado. Labios rojos. Y vestidos, vestidos, vestidos. Siempre distintos y sin embargo el mismo. Cambia el color, los dibujos, la sensación, pero el vestido, su cuello y sus hechuras son las mismas.


Y esos pendientes, como dos lágrimas negras que cuelgan levemente de las orejas. Quiero unos pendientes así.

De Doctor en Alaska a In The Mood For Love y de ahí a 2046 (oh dios mío, ese cambio de Tony Leung siendo el mismo personaje... es tan grande!!!) y My Blueberry Nights (que ya sé que no es lo mismo, pero cuando una es fan cae en la trampa insalvable del subjetivismo) para seguir con Hierro 3, por ejemplo, de Kim-Ki-Duk, y sentir que se puede hacer una película luminosa de verano sin caer en el insoportable cliché... y querer meterte en todas las casas vacías que quedan en España en agosto, cuando la gente pelea por un rincón de arena en Murcia, cuando la cerveza se bebe a litros en Alicante.

Y nadie se acuerda de enero y sus baños calientes y sus guantes de cashmere y los abrigos camel y los paragüas transparentes...




Un beso a todas.

Lula P.